El pasado 10 de julio, durante la emisión del programa Aló, Presidente, el Presidente Hugo Chávez lanzó oficialmente la Misión Cultura. Más de 28 mil promotores culturales trabajarán en sus parroquias y comunidades para desarrollar proyectos que rescaten la identidad. Se trata de « reenamorarse de nuestros valores que, finalmente, no se han perdido nunca”
El primer trabajo de los activadores es desarrollar proyectos culturales en su sector. Para ello se realiza un censo a los artistas de cada rama (música, teatro, baile, pintura), se lleva a cabo un sondeo sobre las creencias, los mitos, las tradiciones, las medicinas y la ingeniería popular, es decir, todas las formas que revisten la cultura antropológica y que, anteriormente, no tenían ninguna visibilidad en un país dominado por el estilo de vida norteamericano.
Como lo resalta Freddy Sánchez, coordinador nacional de la Misión Cultura, se trata de « reenamorarse de nuestros valores que, finalmente, no se han perdido nunca”. En este sentido, Claude Lévi-Strauss, famoso antropólogo francés del siglo XX, afirma: « Todo pueblo posee una cultura ». Hoy día, una de las principales agresiones de la globalización es nivelar las diferencias culturales mediante la imposición del estándar occidental como referencia dominante.
Para luchar contra el fenómeno de la transculturización y fortalecer la identidad nacional, el Presidente Chávez durante el programa Aló, Presidente, del 10 de julio de este año, inauguró oficialmente la Misión Cultura. 28 mil activadores se movilizarán en todo el país para darle vida.
Cada uno de estos activadores, que son primordialmente jóvenes, será formados bajo la licenciatura técnica en educación mención desarrollo cultural, la cual será dictada por la Universidad Simón Rodríguez (UNESR). El gobierno venezolano consagra 500 mil bolívares anuales (233 dólares) a la formación de cada promotor cultural.
Los promotores se harán cargo de un sector de su barrio que comprende 250 familias aproximadamente. Dentro de la parroquia una veintena de activadores formarán grupos de sistematización encabezados por un facilitador, para reunirse cada semana y exponer sus trabajos y problemas.
Rescatar los valores
Como fin último la Misión Cultura quiere ser vector de transformación social. Sus participantes tienen la tarea de contribuir en la transformación de las conciencias ciudadanas. Este es el trabajo de los grupos de sistematización como el del sector Santa Rosalía, situado en el sur de Caracas. El facilitador de este grupo, Manuel Reina, nos informa de las últimas actividades: « El domingo pasado organizamos un taller con los damnificados del barrio cuyo tema era ¿Cómo educar a su niño con amor? En estas familias la violencia contra los niños es el pan nuestro de cada día. Nuestro taller ha tenido como fin hacer cambiar esta mala costumbre y fortalecer el núcleo familiar ».
Manuel y sus actividores no tienen la intención de parar allí: « El problema de la basura y de la higiene pública no son sólo problemas de la alcaldías, sino también se debe a la falta de educación de la gente con respecto a la preservación de su entorno. Es nuestro deber cambiar todo eso y para hacerlo hay que rescatar nuestra identidad ».