“Hoy nos beneficiamos de un verdadero sistema de salud próximo y gratuito”, dice la vecina del barrio Altagracia del oeste de Caracas, América Velasquez, para referirse a los avances del programa de salud Barrio Adentro. Y es que ahora las casas de salud, que forman parte del primer nivel del programa, están siendo dotadas con materiales médicos como camillas y nebulizadores en un plan que tendrá cobertura nacional
En el barrio Altagracia, al oeste capitalino, —al igual que otras casas de salud que están siendo dotadas, al ritmo de 20 por día, en las barriadas de Caracas y el estado Miranda—, la médico del barrio, Roxana, está recibiendo una camilla, nebulizadores y otros instrumentos médicos. América Velásquez, vecina de la comunidad y miembro del Comité de Salud, resume el sentir de su gente: “Hoy nos beneficiamos de una verdadera medicina de proximidad y gratuita, también nos regalan los medicamentos… Joven, ¿ves mis lentes de ver? gracias a Barrio Adentro puedo seguir leyendo ».
América, de 83 años, toma parte de su tiempo libre para ayudar al doctor de su localidad y apoyar con la educación preventiva. “Ahora los médicos son parte de nuestras comunidades”, agrega Velásquez. No se trata de una exageración: la doctora Roxana, igual que muchos otros médicos pertenecientes al programa de salud Barrio Adentro, vive con una familia del lugar.
Y es que el Plan de Salud Barrio Adentro nació precisamente para llevar la salud al corazón de los barrios. Producto de un acuerdo entre Cuba y Venezuela la misión Barrio Adentro, como llaman este programa en Venezuela, se inició en el 2003 y actualmente atiende a unos 15 millones de ciudadanos.
La meta es llegar a un médico por cada 250 familias, por lo cual en cada barrio se están construyendo módulos de atención primarias, pero donde el espacio no lo permite o no se ha terminado la construcción, se han conformado las llamadas casas de salud, que no son más que casas de familias que alojan voluntariamente a los médicos. Ahora el gobierno está dotando estas casas de salud con más herramientas, en un plan que abarcará todo el territorio nacional.
La oposición al gobierno del presidente Chávez ha criticado duramente el programa por la presencia de médicos cubanos. Sin embargo, olvidan contar que al iniciarse la misión se hizo un llamado a los médicos venezolanos que no recibió respuesta suficiente. Paulatinamente, ha venido creciendo la inserción de galenos venezolanos, ya que la visión es lograr sustituir a los hermanos cubanos. La propia América, que desde el 25 de mayo 2005 asiste a unos cursos para volverse enfermera, espera llegar a relevar a algunas de las enfermeras cubanas cuya presencia también es temporal.
Un derecho constitucional
El consultorio de Roxana está situado en un cuarto de la pequeña casa humilde donde vive con María Antonia y su esposo. Durante la mañana Roxana recibe a la gente para las consultas, luego del mediodía visita a las personas inválidas en sus casas.
Mientras dejan los materiales, se va haciendo una cola de personas, unos esperando para hacer alguna consulta y otros para curiosear los nuevos instrumentos. América los ve y señala: « en nuestro comité hay dos personas que son escuálidas (calificativo dado a los opositores del Presidente Chávez), pero puedo asegurarte que colaboran muchísimo. Aquí ya no hay color político, solo la alegría de tener un médico”.
Una mujer viene a buscar pastillas anticonceptivas –las cuales se entregan gratuitamente, como el resto de las medicinas—. Este caso ilustra hasta donde puede llegar el impacto de un sistema de salud integral, pues Barrio Adentro representa una conquista en el plano de los derechos de la mujer, además de una verdadera victoria sobre una natalidad desenfrenada que condena a muchos niños a vivir en la indigencia.
Suplir a la población de métodos anticonceptivos “esta inscrito en un aspecto más amplio de planificación familiar », explica la doctora Roxana. Se realiza un eficaz seguimiento a la madre y al niño. Fortalecida por este vínculo Roxana educa al mismo tiempo que cura: « ¿has visto? hay agua estancada más abajo, está lleno de mosquitos que pueden provocar dengue (enfermedad que parece a la malaria), yo le tengo que explicar a los niños porque no pueden ir a jugar para allá. » A las madres les enseña los fundamentos de una nutrición sana.
Enrique por su parte vino, como muchos, a buscar medicamentos. Enrique es un noble viejo de 88 años. Nos comenta que ha visto muchas cosas cambiar en su país desde 1917, su conclusión es directa: « El sistema de salud es mucho mejor ahora… Pero no es perfecto todavía, cuando vas al hospital para los casos más graves que no se tratan aquí, algunos médicos tradicionales no quieren aceptar las indicaciones de los médicos cubanos. » Ciertamente, todavía falta que algunos médicos dejen de superponer posiciones políticas a los derechos constitucionales.
Aunque refiriendo una crítica, Enrique apunta lo que es el tercer nivel de atención de Barrio Adentro, ya que ahora los pacientes cuentas con clínicas populares construidas con la finalidad de atender los casos que no pueden ser atendidos en los módulos de salud primarias. El segundo nivel está integrado por centros diagnósticos.
« Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad. » (Artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos). Aunque todavía queda mucho por hacer, lo cierto es que por fin este derecho fundamental se está cumpliendo en Venezuela.